Algunas sencillas estrategias pueden ayudarnos a lograr que un niño distraído o disperso deje de serlo.
«Lo mejor para niños distraídos es establecer rutinas, otorgándole tareas que deba cumplir todos los días» esto ayuda a mejorar su concentración.
Algunos niños son más distraídos que otros. Están estudiando y de repente se quedan volando pensando en quien sabe que, o se le solicita algo y se le olvida hacerlo, se le habla y parece mirando hacia el infinito, si bien son situaciones que pueden preocupar a cualquier padre, existen algunas estrategias que pueden ayudar a corregir este problema.
Lo importante es no encasillarlo, no tildarlo de “colgado o distraído”. Si todo el tiempo lo estamos acusando de despistado, descuidado o que no puede concentrarse en algo, el niño terminará por aceptarlo y pensado que es algo que no puede modificar.
Por el contrario, si llevamos a cabo las siguientes estrategias, podremos ayudarlo a enfrentar sus distracciones y permitir que se sienta más seguro y capaz de sí mismo, beneficiando su relación consigo mismo y con los demás, no solo en el ámbito de la familia sino en el lugar de estudio, club, amistades, etc.
Estrategias para ayudar a un niño distraído en el aprendizaje.
Atención: No le dé órdenes cuando esté haciendo alguna otra actividad, como jugar o mirar la televisión. Primero llame su atención, establezca una comunicación con la mirada (mírelo a los ojos y que él haga lo mismo), y luego haga el pedido que necesita. Si tiene dudas sobre si comprendió o escucho todo el mensaje, pídale que lo repita antes de hacerlo.
Una sola cosa por vez: Si está tratando de modificar su conducta, lo peor que podemos hacer es darle varias órdenes a la vez para que las cumpla al mismo tiempo. Por ejemplo, “Haz la cama, ordena tu ropa y arma la mochila para el colegio”. Lo ideal es darle primero una orden y luego que haya concluido con la misma, solicitarle otra tarea.
Rutinas: Lo mejor para niños distraídos es establecer rutinas. Dele la oportunidad de sentirse responsable otorgándole tareas que deba cumplir todos los días, por ejemplo hacer la cama, poner la mesa o levantar la mesa, doblar su ropa, etc. Seguramente al comienzo deberá repetírselas cada día cuando el horario de hacerlas se vaya acercando, de a poco vaya dejando de recordarle alguna de las órdenes y, si nota que lo ha olvidado, recuérdesela solo en el momento justo de tener que realizarla.
Si luego de un tiempo no nota ningún cambio en la conducta de su hijo, es conveniente que consulte a un profesional que pueda orientarlo e incluso, de ser necesario, darle algún tipo de medicación, según su criterio profesional.
Es conveniente que informe al centro educativo, escuela, colegio de esta situación para que también ayude con el problema de atención de su niño.
E.D.P. Club