El cerebro, al igual que el cuerpo, necesita ser ejercitado, de modo que las millones de neuronas y de conexiones presentes en él, tengan un funcionamiento más óptimo. Los especialistas de «Científico» nos explican cómo ejercitar el cerebro a través de las principales funciones cognitivas.
La memoria: Esta función cognitiva del cerebro humano juega un papel crucial en muchas de las actividades diarias, tales como la lectura, el razonamiento y los cálculos mentales. Por ejemplo, escuchar música es una actividad no sólo disfrutable sino que también puede servir como ejercicio, al tratar de memorizar la letra de alguna canción. Otro ejercicio puede ser cepillarse los dientes con la mano que no se utiliza habitualmente, lo que ayuda a construir una nueva asociación en el cerebro, es decir, una distinta conexión neuronal.
La atención: Prácticamente todas las actividades y tareas diarias, requieren de atención, ésta permite mantener la concentración en algo a pesar de posibles distracciones o enfocarse en más de una tarea a la vez. Una forma muy efectiva de ejercitar la atención es cambiar las rutinas habituales: el camino hacia el trabajo, la casa, o modificar la ubicación de las cosas en el entorno diario. Esto hará que el cerebro deba ponerse en funcionamiento nuevamente y prestar atención a lo que antes era mecánico y espontáneo.
El lenguaje: El lenguaje es el que marca nuestra habilidad para reconocer, recordar y entender las palabras, y la comunicación en general. Se puede ejercitar leyendo diariamente pero en lugar de contenidos habituales, intentar con temas ajenos a nuestros conocimientos o que no resulten del todo fáciles de entender.
Habilidades visuales y espaciales: Analizar información visual y espacial es esencial para desempeñarnos en medio de nuestro entorno. Un buen ejercicio para esta función cognitiva, es ingresar a una habitación y memorizar cinco objetos allí presentes. Al salir de la habitación se debe intentar recordar cuáles eran los objetos y dónde estaban ubicados. Si resulta demasiado fácil, se puede aumentar el tiempo, es decir, intentar recordar los objetos dos horas después.
Función ejecutiva: Sin siquiera notarlo, la mayoría de las veces, solemos utilizar nuestros conocimientos lógicos y habilidades de razonamiento diariamente para tomar decisiones, elaborar determinadas hipótesis o considerar ciertas consecuencias ante una acción específica. Actividades en las que se debe definir una estrategia o calcular los posibles movimientos se dan todos los días; puede ser en la visita a un amigo, en la que se deba razonar qué responder o planear cosas para hacer, o puede ser incluso mientras se disfruta de un videojuego, que obliga a la solución de problemas.
Mente sana en cuerpo sano
No es casual que la palabra “ejercicio” se use tanto para la actividad física como para el estudio, cuando resolvemos problemas de matemáticas, por ejemplo. En el caso de los ejercicios matemáticos (o de cualquier otra disciplina), estamos activando el cerebro de la misma manera que ejercitar en una clase de gimnasia pone en funcionamiento los músculos.
Porque el cerebro, igual que el cuerpo, también se entrena. Y en tiempos en que día a día lidiamos con más responsabilidades, procesamos más información y recibimos una enorme cantidad de estímulos que atentan contra la concentración, es fundamental practicar rutinas de “gimnasia cerebral” para preparar mejor la mente y, que al final del día, esté menos estresada.
La gimnasia cerebral no propone ejercicios estrictamente de razonamiento. Es una “gimnasia” porque trabaja el cuerpo para entrenar la mente, entendiendo que cuerpo y mente son una unidad.
Algunos de los principales beneficios de la gimnasia cerebral:
- Mejora la memoria y puede prevenir la aparición y desarrollo del Alzheimer
- Restaura la armonía y relax mentales (aquella antigua consigna de “mente sana en cuerpo sano”)
- Combate el estrés diario
- Aumenta la confianza, sobre todo en momentos de dificultad o frustración
- Estimula la creatividad y las habilidades de comunicación
- Potencia la vista
Cuatro ejercicios simples de gimnasia cerebral
Estos ejercicios son tan simples que se pueden hacer perfectamente en el lugar de trabajo, cuando nos tomamos una pausa activa. Se recomienda realizar cada ejercicio durante unos treinta segundos todos los días, manteniendo la respiración abdominal. Y siempre tomar bastante agua antes de comenzar.
Marcha cruzada: De pie, con las piernas ligeramente abiertas, comenzamos a marchar suave. Luego levantamos la rodilla derecha y la tocamos con el codo izquierdo; y hacemos lo mismo con la rodilla izquierda y el codo derecho.
Una variante es mantenerse parados y, con los ojos cerrados, tocar la rodilla derecha con la mano izquierda, y a la inversa.
Estos ejercicios cruzados permiten activar los dos hemisferios del cerebro, mejorando la coordinación y motricidad.
Dibujar un ocho: Extendemos un brazo hacia adelante, a la altura de los hombros, y con el dedo índice “dibujamos” en el aire un 8 recostado (como el símbolo de infinito). Mantenemos la mirada en la punta del dedo, siguiendo el recorrido con los ojos. Es un excelente ejercicio para el aparato visual.
Botones cerebrales: Colocar la mano izquierda sobre el ombligo y presionarlo levente. La mano derecha se coloca sobre las carótidas (una pulgada encima del pecho y justo debajo de las clavículas), presionando con los dedos índice y pulgar. La lengua se coloca sobre el paladar. Al pulsar estos “botones cerebrales” (por donde pasa la sangre del corazón al cerebro) y masajearlos, potenciamos la circulación, estabilizamos la presión y aumentamos la atención y el equilibrio.
Los puntos positivos: Con la punta de los dedos de cada mano, masajeamos la frente en los puntos que están entre las cejas y la línea del pelo, a la altura de la mitad del ojo. Respiramos profundo, mientras nos enfocamos en pensamientos o sensaciones positivas. Pausamos y repetimos tres veces. Este ejercicio es ideal para relajar la mente y liberar las tensiones de la jornada.